El comprador o arrendatario de un vehículo de motor tiene varias protecciones, tanto en virtud de las leyes estatales como de las federales, en caso de que el vehículo no funcione como se ofrece según una garantía expresa. Las leyes de garantía suelen ser confusas y muy difíciles de describir en un espacio limitado. Estas declaraciones describen brevemente la Ley de Garantía Magnuson-Moss y la Ley de Garantía del Consumidor Song-Beverly, lo que generalmente se conoce como «Ley del Limón». La Ley del Limón de California, junto con la Ley del Limón federal (la Ley de Garantía Magnuson-Moss), ofrecen indemnizaciones por daños y perjuicios a los consumidores del Estado de vehículos e incluso camiones de calidad inferior y otros vehículos de motor y productos, incluidas motos, vehículos de recreo, embarcaciones, ordenadores portátiles o sistemas informáticos y otros aparatos y mercancías de consumo. Para poder acogerse a la Ley del Limón estatal o a la Ley del Limón federal, es imprescindible tener un bien de consumo que haya soportado numerosos esfuerzos de reparación dentro del periodo de garantía del fabricante. Los acuerdos de la Ley del Limón pueden incluir un reembolso, una sustitución o quizá un reembolso de dinero. La Ley de Garantía del Consumidor Song-Beverly de California, comúnmente conocida como Ley del Limón de California, se promulgó para ofrecer alivio a los compradores y arrendatarios de coches, camiones y otros vehículos y bienes de consumo problemáticos. Normalmente, la Ley del Limón de California se aplica a los vehículos de motor que los concesionarios no pueden reparar dentro del periodo de garantía después de haberles dado un buen número de oportunidades para repararlo. Para las reclamaciones que cumplan los requisitos, el fabricante debe devolver al consumidor su dinero y pagar el saldo del préstamo pendiente o sustituir el bien por otro que sea sustancialmente similar. La Ley del Limón de California también obliga al fabricante a cubrir los gastos y honorarios de abogado del consumidor, en una reclamación fundada. Esto facilita fiscalmente la aplicación de la ley a personas que, de otro modo, no estarían en condiciones de contratar a un abogado. Tu Ferrari puede ser un limón. Ponte en contacto con nosotros en el (877) 885-5366 para ver si tienes derecho a reclamar.