Un nuevo Tesla Model 3 2023 experimentó numerosos problemas poco después de su compra, a pesar de múltiples intentos de reparación bajo la garantía del fabricante. Al principio, el vehículo presentaba problemas recurrentes de reinicio de la pantalla que afectaban la conducción, lo que llevó a los técnicos de Tesla a reemplazar la computadora principal del vehículo. Tras esta reparación, los problemas de la pantalla parecieron resolverse tras las pruebas de validación.
Surgieron otros problemas mecánicos, como un pestillo del reposabrazos central defectuoso y una guantera que no se abría. Las investigaciones revelaron que el pestillo del reposabrazos estaba roto y requería reemplazo. El problema de la guantera se atribuyó a un cableado mal conectado que afectaba tanto a la guantera como al altavoz, lo cual fue corregido por el personal de servicio de Tesla.
Otras complicaciones incluyeron una falla persistente del sistema de sujeción del pasajero delantero. Tras reemplazar un sensor de ocupación, que no eliminó la advertencia, Tesla determinó que el asiento estaba defectuoso y lo reemplazó. La calibración posterior al reemplazo solucionó la falla.
Las visitas de mantenimiento rutinarias también abordaron problemas con los neumáticos, incluyendo un impacto en el flanco que dejó un neumático delantero irreparable y requirió reemplazo. Se realizaron rotaciones de neumáticos y revisiones de presión durante las citas de servicio posteriores, junto con actualizaciones periódicas de software para mejorar funciones del vehículo, como los controles de dirección asistida.
A pesar de estas repetidas reparaciones y reemplazos de piezas, el vehículo continuó experimentando problemas intermitentes de rendimiento del software, como lentitud en la carga de la pantalla y errores de red que afectaban a las aplicaciones de navegación y streaming. El servicio técnico de Tesla detectó que estos problemas de conectividad podrían deberse a proveedores de red externos, y no al hardware del vehículo, e intentó borrar la caché del sistema para mejorar el rendimiento.
Aunque la mayoría de las reparaciones se realizaron bajo garantía, los problemas de fiabilidad del vehículo seguían sin resolverse. Cuando un coche sigue presentando problemas importantes después de varios intentos de reparación, los propietarios pueden tener motivos para presentar una reclamación por la ley limón.
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