Una empresa compró un Lincoln Aviator 2020 entusiasmada por lo que pensaba que sería un SUV de lujo con un andar suave y características de primera categoría. Desafortunadamente, su entusiasmo rápidamente se convirtió en frustración cuando el vehículo comenzó a tener problemas graves poco después de que lo trajeron a casa.

A pesar de numerosas visitas a Jim Burke Ford y Lincoln en Bakersfield, CA, los problemas persistieron, lo que llevó a la empresa a presentar una demanda por la Ley Limón contra Ford Motor Company con la esperanza de encontrar una solución.

Los problemas comenzaron casi inmediatamente después de la compra. Con solo 400 millas en el odómetro, el Aviator fue llevado al taller por un problema mecánico en el asiento reclinable. Aunque el concesionario realizó una reparación, este incidente marcó el comienzo de una serie de problemas sin resolver.

Más tarde, con aproximadamente 2500 millas, el vehículo regresó al concesionario con una compuerta levadiza defectuosa y una luz del ABS encendida. A pesar de múltiples reparaciones y una actualización de software, el problema de la compuerta levadiza persistió.

Diagnósticos posteriores revelaron que era necesario reemplazar piezas adicionales, lo cual se completó. Esta vez, surgieron nuevos problemas, incluidos problemas con la cámara de respaldo, los sensores y la cubierta del enganche de remolque trasero.

Avanzando rápidamente hasta aproximadamente 8,000 millas, el Lincoln Aviator experimentó un mal funcionamiento de la cámara trasera y problemas intermitentes con el portón trasero. A pesar de varios intentos de reparación y actualizaciones, incluida una importante actualización del software APIM, estos problemas persistieron.

Poco después, el Aviator enfrentó problemas eléctricos adicionales, incluida una cámara de marcha atrás defectuosa, una luz de verificación del motor y llaves problemáticas. El concesionario reemplazó la válvula de purga del depósito, pero incluso con estas reparaciones, los problemas seguían sin resolverse.

Otros problemas del sistema eléctrico, incluidos sensores defectuosos y fallas en el sistema de infoentretenimiento, se sumaron a la frustración del negocio.

Para complicar aún más la situación, el Aviator presentó problemas esporádicos de transmisión durante este tiempo. Se informaron cambios bruscos y demoras en el acoplamiento, pero el concesionario no pudo reproducir estos problemas durante las visitas iniciales, lo que agravó la frustración de los propietarios del vehículo.

Las crecientes fallas del sistema eléctrico, incluida la cámara trasera que funcionaba mal, problemas intermitentes con la compuerta levadiza y problemas con las luces de advertencia críticas, hicieron que el vehículo fuera inseguro para conducir en ocasiones.

La incapacidad reiterada del concesionario para proporcionar soluciones duraderas llevó a la empresa a emprender acciones legales en virtud de la Ley Limón de California.

Este cliente solicitó la ayuda de los Expertos en la Ley Limón, quienes utilizaron su amplia experiencia para negociar un acuerdo con Ford Motor Company. Este acuerdo incluyó la recompra del Aviator defectuoso, el reembolso total de todos los pagos realizados por el vehículo y el pago de sus honorarios y costos legales.

Desde 2009, los Expertos en la Ley Limón han resuelto con éxito numerosos casos para clientes en toda California, logrando acuerdos millonarios con los principales fabricantes de automóviles.

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